Este espejo estaba en el baño, y no tenía el lucimiento que se merecía. La madera ha sido lijada totalmente hasta conseguir su tono natural.
El siguiente paso: una buena mano de lacado en tono marfil, y todas las hojitas que decoraban el mismo han pasado del tono dorado a un plata, pintadas a mano.
Ha pasado por varios rincones de la casa, ahora está en el dormitorio de invitados. Creo que el cambio ha merecido la pena.
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